"Cuando lees en voz alta, en el borde de la cama de
tus hijos, estás haciendo algo más importante que leerles un poema.
Estás iniciando una liturgia, una ceremonia para
ayudarles a atravesar la larga noche. Ese espacio sagrado, ese entrar en el
bosque de lo fabuloso de la mano de alguien que nos ama. La voz, los giros, la mirada,
las imágenes, sostendrán una pequeña luz, una luminaria que encenderán en el
momento más oscuro.
No están cerrando los ojos, están dejándose llevar a un
lugar donde la palabra es creadora, es la diosa que calma y alienta el
pensamiento.
Cuando lees en voz alta en el borde de la cama de tus
hijos, en realidad, estás en la orilla del mar, en un embarcadero, y empujas
suavemente, con esa historia, su barco. Para que avancen solos y puedan llegar,
algún día, a la otra orilla. Y, por más que las tempestades los hagan zozobrar,
siempre tendrán ese faro: tu voz y el recuerdo, que les ayudará a atravesar los
océanos de la vida.”
Lo podrás encontrar en la L29 |
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